miércoles, 10 de julio de 2013

LAS NUEVAS REVUELTAS EN EGIPTO

Desde el suceso de la primavera árabe en Egipto, que comenzase en enero de 2011 con la revolución contra el presidente dictador Hosni Mubarak y su final en febrero de ese mismo año con la renuncia a su cargo, en este país no se ha asentado un régimen gubernamental sólido que esté al servicio pleno de los ciudadanos y contente a todas las partes de la sociedad egipcia.

A principios de 2012 se llevaron a cabo las primeras elecciones democráticas en el país tras la caída de Mubarak, en las que con un 51% de los votos, el partido ganador fue el Partido Libertad y Justicia, fundado por los Hermanos Musulmanes, proclamando como nuevo presidente a su líder Mohamed Morsi; que se convertiría en el primero elegido democráticamente en el país. 

En el transcurso de la primavera árabe, Morsi era considerado un importante opositor al gobierno de Mubarak y un islamista moderado. Fue detenido y arrestado varias veces durante la dictadura. Como ya hemos dicho, se alzó como líder del partido Libertad y Justicia, y con él ganó las elecciones de 2012. Este partido está estrechamente relacionado a la organización islamista egipcia de los Hermanos Musulmanes, que tenía como objetivo convertir a Egipto en un estado islamista basado en la Sharia (Ley Islámica), desde sus inicios fueron ilegalizados y  en muchas ocasiones protagonizaban actuaciones opositoras radicales y violentas, sin embargo, a partir de los 70 abogaron por la oposición pacífica y se convierten en la organización islamista más importante de los países en los que operaba.

¿Por qué las recientes protestas contra Morsi? Tras pasar un año desde las elecciones, el presidente Morsi no ha cubierto las expectativas formadas en la primavera árabe; hay escasez de alimento y gasolina, aumento de paro, cortes de electricidad y luz, casos de abusos de poder y guiños al islamismo radical. En definitiva, Morsi ha perdido gran parte de su apoyo inicial por su creciente autoritarismo y fanatismo.





Con todas estas circunstancias el pasado 30 de junio se iniciaron en la Plaza Tahrir las nuevas protestas contra el gobierno del nuevo presidente, que comenzaron con la iniciativa ciudadana y las organizaciones opositoras, y que, al igual que sucediera en la primavera árabe, han sido apoyadas por el ejército.

La revuelta ha durado un total de 5 días, sin embargo se han producido unos 40 muertos en ellas. En estos días, los protestantes y sobre todo el ejército han conseguido imponer al presidente Morsi un ultimátum, en el que se estipulaba que si tras 48 horas el presidente no había llegado a un acuerdo con otros dirigentes políticos y con la oposición para apaciguar y controlar la situación, el ejército tomaría cartas en el asunto marcando su guión de intervención, según el cual, suspendería la Constitución y disolvería las cortes.

El 3 de julio, a pocas horas del final del ultimátum, el ejército ocupó la instalación de televisión nacional y el jefe del ejército, anunciaba que Morsi ya no era presidente, que se suspendía la Constitución y que se formaba un gobierno provisional liderado por el presidente del Tribunal Constitucional, Adly Mansur.